jueves, 13 de febrero de 2014

Arquímedes

“Dadme un punto de apoyo”, dijo Arquímedes, “y moveré el mundo.” La fanfarronada era muy segura, porque él sabía muy bien que no había punto de apoyo, y nunca lo habría. Pero suponga que él hubiese movido la Tierra; ¿Y qué? ¿En qué hubiese beneficiado eso a nadie? El trabajo nunca habría cubierto gastos, mucho menos hubiese dejado dividendos, así que, ¿De qué servía hablar de ello? Por lo que los astrónomos nos cuentan, debo entender que la tierra ya se mueve bastante rápidamente, y, si hubiese algunos chiflados que estuviesen insatisfechos con su marcha, para lo que a mí me importa, bien pueden empujarla ellos mismos; yo no movería un dedo ni suscribiría un solo penique para apoyar nada parecido.
Por qué un compañero como Arquímedes debería ser considerado un genio, es algo que nunca he podido comprender. Jamás he sabido que hiciese una fortuna, ni que hiciese algo de lo que valiese la pena hablar. Respecto a ese último contrato que emprendió, era la peor chapucería que yo haya conocido; el asumió la tarea de mantener a los Romanos fuera de Siracusa; Intentó una treta tras otra, pero ellos entraron de todos modos, y cuando le tocó enfrentarlos limpiamente, también en eso se quedó corto; un simple soldado, de una manera muy empresarial, acabó con todas sus pretensiones.
Es evidente que era un hombre sobrevaluado. Tenía el hábito de armar un gran escándalo por sus tornillos y palancas, pero su conocimiento de la mecánica era realmente muy limitado. Yo mismo no me considero un genio, pero conozco una fuerza mecánica mas poderosa que cualquier cosa que hubiese soñado el jactancioso ingeniero de Siracusa. Es la fuerza del monopolio de la tierra; Es un tornillo y una palanca, todo en uno; desatornillará hasta el último penique de los bolsillos de un hombre, y torcerá todo sobre la tierra para servir a su propia voluntad despótica. Dadme la propiedad privada de toda la tierra, y yo ¿moveré la tierra? No; pero haré más que eso. Me encargaré de hacer esclavos a todos los seres humanos sobre su faz. No esclavos encadenados exactamente, pero esclavos de todos modos. Qué idiota sería encadenarlos. Tendría que darles sales y senas cuando se enfermasen, y darles latigazos para que trabajen cuando haraganean.
No, no es suficiente. Con el sistema que propongo, los muy tontos se imaginarían que son libres. Yo obtendría resultados óptimos, y no tendría ninguna responsabilidad. Ellos cultivarían el suelo; cavarían hacia las entrañas de la tierra en busca de sus tesoros ocultos; construirían ciudades, ferrocarriles y telégrafos; sus navíos surcarían los océanos; trabajarían y trabajarían, inventarían e idearían; sus almacenes estarían llenos, sus mercados repletos, y: Lo hermoso de todo el asunto sería que todo cuanto hiciesen me pertenecería.
Funcionaría de la siguiente manera, como verá: Siendo yo el propietario de toda la tierra, ellos tendrían que pagarme renta, por supuesto. No sería razonable que esperasen que yo les permita utilizar la tierra por nada. No soy un hombre insensible, y al fijar el valor de la renta sería muy liberal con ellos. De hecho, les permitiría que ellos mismos lo fijasen. ¿Qué podría ser más justo? He aquí un lote de tierra, digamos, una granja o una zona residencial, o cualquier otra cosa – si tan solo hubiese un hombre que la quisiese, pues claro que no me va a ofrecer mucho, pero si el terreno realmente valiese algo, no es probable que se produzca tal circunstancia. Por el contrario, habría un número considerable de individuos que la querrían, y que empezarían a pujar y pujar, uno contra el otro, con el fin de obtenerla. Yo aceptaría la oferta más alta – ¿Qué podría ser más justo? Cada aumento de población, cada extensión del comercio, cada avance en las artes y las ciencias aumentaría el valor de la tierra, como todos sabemos, y la competencia que naturalmente surgiría, continuaría haciendo subir las rentas, tanto así, que en muchos casos a los inquilinos les quedaría muy poco o nada para sí mismos.
En este caso, cierto número de los que pasan tiempos difíciles buscarían un préstamo, y a aquellos que no la pasan tan mal, por supuesto, se les ocurriría que, si tan solo tuviesen más capital, podrían extender sus operaciones, y así hacer sus negocios más provechosos. Aquí entro yo de nuevo. El hombre que todos necesitan; un benefactor habitual de mi especie, siempre presto a ayudarles. Con la enorme renta que cobro, puedo proveerles de fondos, hasta donde pueda yo obtener seguridad; no podrían esperar que yo hiciese más que eso, y en cuestión de intereses sería igualmente generoso.
Les permitiría fijar la tasa de interés exactamente de la misma forma en que fijaron la renta. Los tendría agarrados por el cuello, y si no llegasen a pagarme, sería la cosa mas sencilla del mundo vender sus bienes para compensarme. Puede que se lamenten de su suerte, pero los negocios son los negocios. Debieron haber trabajado más duro y ser más productivos. Cualquier inconveniencia que sufriesen, sería su problema, no el mío. ¡Qué gloriosos momentos pasaría! Renta e interés, interés y renta, y sin ningún límite para ninguno, excepto la capacidad de los trabajadores para pagar. Las rentas subirían y subirían, y ellos continuarían empeñando e hipotecando; y así irían cayendo, uno tras otro; sería el deporte más entretenido jamás visto. Así, con la sencilla palanca del monopolio de la tierra, no solo el mismísimo globo terráqueo, sino todo cuanto hay sobre el mismo, acabaría por pertenecerme. Sería rey y señor de todo, y el resto de la humanidad serían mis más fieles esclavos.
No necesita decirse que sería inconsistente con mi dignidad asociarme con el común denominador de la humanidad; no será muy político de mi parte decirlo, pero, de hecho, no solo odio el trabajo, sino que también odio a aquellos que trabajan, y no desearía tener a sus apestosas humanidades cerca de mí a ningún precio. Muy por encima de la despreciable horda, me sentaría en mi trono, rodeado de un círculo de devotos adoradores. Elegiría solo a quienes mi corazón deseara para ser mis compañeros. Les condecoraría con medallas y cachivaches para espolear su vanidad; considerarían un honor besar mi guante, y le rendirían homenaje a la mismísima silla en la que me siento. Los valientes morirían por mí, los piadosos rezarían por mí, y las jóvenes más hermosas se desvivirían por complacerme. Para la apropiada administración de los asuntos públicos establecería un parlamento, y para la preservación de la ley y el orden tendría soldados y policías, todos los cuales habrán jurado servirme fielmente; no recibirían mucha paga, pero su elevado sentido del deber sería garantía suficiente de que cumplirían los términos de su contrato.
Fuera del encantador círculo de mi sociedad, habría otros, luchando por ganarse mis favores; y detrás de estos habría otros distintos que estarían siempre luchando por ascender a los rangos de aquellos enfrente de éstos;, y así sucesivamente, cada vez más atrás y más abajo, hasta llegar a los rangos inferiores de los trabajadores, eternamente trabajando y eternamente luchando tan solo para vivir, con el infierno de la pobreza eternamente amenazando con engullirlos. El infierno de la pobreza, ese ámbito exterior de oscuridad donde solo hay llanto y lamentos y el rechinar de dientes – la Gehena social, donde el gusano nunca muere, y el fuego jamás se apaga – he aquí un látigo mucho más efectivo que el más certero flagelo del esclavista, acechándoles de día, causándoles pesadillas de noche, absorbiendo la sangre de sus venas, y persiguiéndoles con implacable constancia hasta sus tumbas. Muchos, en la flor de su juventud, empezarían llenos de esperanza y con altas expectativas; ¡pero, a medida que avanzan, desilusión tras desilusión, la esperanza cedería paso gradualmente a la desesperación, la copa prometida de la alegría se tornaría amarga, y hasta el más santo de los afectos se volvería una flecha envenenada clavada en el corazón!
¡Qué hermoso arreglo – la ambición jalonándoles por delante, la necesidad y el miedo empujándoles por detrás! En los intereses conflictivos que estarían involucrados, en la competencia despiadada que prevalecería, en la enemistad que se engendraría entre los hombres, entre marido y mujer, padre e hijo, yo, por supuesto, no tomaría partido. Habría mentiras y trampas, maltratos de los patronos, deshonestidad de los sirvientes, huelgas y protestas, asaltos e intimidación, riñas familiares y disputas interminables; pero todo esto no sería mi problema. En la serena atmósfera de mi paraíso terrenal, estaría a salvo de todo mal. Me deleitaría con los más deliciosos manjares, y paladearía vinos de la mejor cosecha; mis jardines tendrían las terrazas más magníficas y las más bellas arboledas. Caminaría entre el exhuberante follaje de los árboles, las fragantes flores, el canto de las aves, el chorrear de las fuentes, y el chapoteo de aguas tranquilas. Mi palacio tendría muros de alabastro y cúpulas de cristal, habría muebles de la más exquisita artesanía, alfombras y cortinas de los más ricos tejidos y las más finas texturas, pinturas y esculturas que fuesen milagros del arte, jarrones de oro y plata, las gemas más puras brillando en sus montajes, las voluptuosas notas de la música más dulce, el perfume de las rosas, los sillones más suaves, una horda de lacayos que vienen y van según mi capricho, y una perfecta galaxia de belleza para estimular el deseo, y administrar a mi placer. Así pasaría las horas felices, mientras a lo largo del mundo se consideraría un signo de respetabilidad el imitar mis virtudes, y en todas partes se cantarían himnos en mi honor.
Arquímedes nunca soñó nada como eso. Sin embargo, con la tierra como mi punto de apoyo y su propiedad privada como mi palanca, todo eso es posible. Si se dijese que la gente acabaría por detectar el fraude, y que con rápida venganza nos arrojarían a mí y a mis parásitos adoradores a la perdición, yo les respondo, “Nada de eso, la gente es más buena que el pan, y lo soportarían como si fuesen de ladrillo – y apelo a los hechos de hoy para que sean mis testigos.
Autor: Mark Twain (El relato “Arquímedes” fue publicado por primera vez en el diario Australiano Standard en 1887)

lunes, 2 de julio de 2012

Como escribir un cuento policial - G.K. Chesterton

Que quede claro que escribo este articulo siendo totalmente consciente de que he fracasado en escribir un cuento policíaco. Pero he fracasado muchas veces. Mi autoridad es por lo tanto de naturaleza práctica y científica, como la de un gran hombre de estado o estudioso de lo social que se ocupe del desempleo o del problema de la vivienda. No tengo la pretensión de haber cumplido el ideal que aquí propongo al joven estudiante; soy, si les place, ante todo el terrible ejemplo que debe evitar. Sin embargo creo que existen ideales para la narrativa policíaca, como existen para cualquier actividad digna de ser llevada a cabo. Y me pregunto por qué no se exponen con más frecuencia en la literatura didáctica popular que nos enseña a hacer tantas otras cosas menos dignas de efectuarse. Como, por ejemplo, la manera de triunfar en la vida. La verdad es que me asombra que el título de este articulo nos vigile ya desde lo alto de cada quiosco. Se publican panfletos de todo tipo para enseñar a la gente las cosas que no pueden ser aprendidas como tener personalidad, tener muchos amigos, poesía y encanto personal. Incluso aquellas facetas del periodismo y la literatura de las que resulta más evidente que no pueden ser aprendidas, son enseñadas con asiduidad. Pero he aquí una muestra clara de sencilla artesanía literaria, más constructiva que creativa, que podría ser enseñada hasta cierto punto e incluso aprendida en algunos casos muy afortunados. Más pronto o más tarde, creo que esta demanda será satisfecha, en este sistema comercial en que la oferta responde inmediatamente a la demanda y en el que todo el mundo esta frustrado al no poder conseguir nada de lo que desea. Más pronto o más tarde, creo que habrá no sólo libros de texto explicando los métodos de la investigación criminal sino también libros de texto para formar criminales. Apenas será un pequeño cambio de la ética financiera vigente y, cuando la vigorosa y astuta mentalidad comercial se deshaga de los últimos vestigios de los dogmas inventados por los sacerdotes, el periodismo y la publicidad demostrarán la misma indiferencia hacia los tabúes actuales que hoy en día demostramos hacia los tabúes de la Edad Media. El robo se justificará al igual que la usura y nos andaremos con los mismos tapujos al hablar de cortar cuellos que hoy tenemos para monopolizar mercados. Los quioscos se adornaran con títulos como La falsificación en quince lecciones o ¿Por qué aguantar las miserias del matrimonio?, con una divulgación del envenenamiento que será tan científica como la divulgación del divorcio o los anticonceptivos.
Pero, como a menudo se nos recuerda, no debemos impacientarnos por la llegada de una humanidad feliz y, mientras tanto, parece que es tan fácil conseguir buenos consejos sobre la manera de cometer un crimen como sobre la manera de investigarlos o sobre la manera de describir la manera en que podrían investigarse. Me imagino que la razón es que el crimen, su investigación, su descripción y la descripción de la descripción requieren, todas ellas, algo de inteligencia. Mientras que triunfar en la vida y escribir un libro sobre ello no requieren de tan agotadora experiencia.
En cualquier caso, he notado que al pensar en la teoría de los cuentos de misterio me pongo lo que algunos llamarían teórico. Es decir que empiezo por el principio, sin ninguna chispa, gracia, salsa ni ninguna de las cosas necesarias del arte de captar la atención, incapaz de despertar o inquietar de ninguna manera la mente del lector.
Lo primero y principal es que el objetivo del cuento de misterio, como el de cualquier otro cuento o cualquier otro misterio, no es la oscuridad sino la luz. El cuento se escribe para el momento en el que el lector comprende por fin el acontecimiento misterioso, no simplemente por los múltiples preliminares en que no. El error sólo es la oscura silueta de una nube que descubre el brillo de ese instante en que se entiende la trama. Y la mayoría de los malos cuentos policíacos son malos porque fracasan en esto. Los escritores tienen la extraña idea de que su trabajo consiste en confundir a sus lectores y que, mientras los mantengan confusos, no importa si les decepcionan. Pero no hace falta sólo esconder un secreto, también hace falta un secreto digno de ocultar. El clímax no debe ser anticlimático. No puede consistir en invitar al lector a un baile para abandonarle en una zanja. Más que reventar una burbuja debe ser el primer albor de un amanecer en el que el alba se ve acentuada por las tinieblas. Cualquier forma artística, por trivial que sea, se apoya en algunas verdades valiosas. Y por más que nos ocupemos de nada más importante que una multitud de Watsons dando vueltas con desorbitados ojos de búho, considero aceptable insistir en que es la gente que ha estado sentada en la oscuridad la que llega a ver una gran luz; y que la oscuridad sólo es valiosa en tanto acentúa dicha gran luz en la mente.
Siempre he considerado una coincidencia simpática que el mejor cuento de Sherlock Holmes tiene un titulo que, a pesar de haber sido concebido y empleado en un sentido completamente diferente, podría haber sido compuesto para expresar este esencial clarear: el título es "Resplandor plateado" ("Silver Blaze").
El segundo gran principio es que el alma de los cuentos de detectives no es la complejidad sino la sencillez. El secreto puede ser complicado pero debe ser simple. Esto también señala las historias de más calidad. El escritor esta ahí para explicar el misterio pero no debería tener que explicar la propia explicación. Ésta debe hablar por sí misma. Debería ser algo que pueda decirse con voz silbante (por el malo, por supuesto) en unas pocas palabras susurradas o gritado por la heroína antes de desmayarse por la impresión de descubrir que dos y dos son cuatro. Ahora bien, algunos detectives literarios complican más la solución que el misterio y hacen el crimen más complejo aun que su solución.
En tercer lugar, de lo anterior deducimos que el hecho o el personaje que lo explican todo, deben resultar familiares al lector. El criminal debe estar en primer plano pero no como criminal; tiene que tener alguna otra cosa que hacer que, sin embargo, le otorgue el derecho de permanecer en el proscenio. Tomaré como ejemplo el que ya he mencionado, "Resplandor plateado". Sherlock Holmes es tan conocido como Shakespeare. Por lo tanto, no hay nada de malo en desvelar, a estas alturas, el secreto de uno de estos famosos cuentos. A Sherlock Holmes le dan la noticia de que un valioso caballo de carreras ha sido robado y el entrenador que lo vigilaba asesinado por el ladrón. Se sospecha, justificadamente, de varias personas y todo el mundo se concentra en el grave problema policial de descubrir la identidad del asesino del entrenador. La pura verdad es que el caballo lo asesinó.
Pues bien, considero el cuento modélico por la extrema sencillez de la verdad. La verdad termina resultando algo muy evidente. El caballo da título al cuento, trata del caballo en todo momento, el caballo está siempre en primer plano, pero siempre haciendo otra cosa. Como objeto de gran valor, para los lectores, va siempre en cabeza. Verlo como el criminal es lo que nos sorprende. Es un cuento en el que el caballo hace el papel de joya hasta que olvidamos que una joya puede ser un arma.
Si tuviese que crear reglas para este tipo de composiciones, esta es la primera que sugeriría: en términos generales, el motor de la acción debe ser una figura familiar actuando de una manera poco frecuente. Debería ser algo conocido previamente y que esté muy a la vista. De otra manera no hay autentica sorpresa sino simple originalidad. Es inútil que algo sea inesperado no siendo digno de espera. Pero debería ser visible por alguna razón y culpable por otra. Una gran parte de la tramoya, o el truco, de escribir cuentos de misterio es encontrar una razón convincente, que al mismo tiempo despiste al lector, que justifique la visibilidad del criminal, más allá de su propio trabajo de cometer el crimen. Muchas obras de misterio fracasan al dejarlo como un cabo suelto en la historia, sin otra cosa que hacer que delinquir. Por suerte suele tener dinero o nuestro sistema legal, tan justo y equitativo, le habría aplicado la ley de vagos y maleantes mucho antes de que lo detengan por asesinato. Llegamos al punto en que sospechamos de estos personajes gracias a un proceso inconsciente de eliminación muy rápido. Por lo general, sospechamos de él simplemente porque nadie lo hace. El arte de contar consiste en convencer, durante un momento, al lector no sólo de que el personaje no ha llegado al lugar del crimen sin intención de delinquir si no de que el autor no lo ha puesto allí con alguna segunda intención. Porque el cuento de detectives no es más que un juego. Y el lector no juega contra el criminal sino contra el autor.
El escritor debe recordar que en este juego el lector no preguntará, como a veces hace en una obra seria o realista: ¿Por qué el agrimensor de gafas verdes trepa al árbol para vigilar el jardín del medico? Sin sentirlo ni dudarlo, se preguntará: ¿Porque el autor hizo que el agrimensor trepase al árbol o cuál es la razón que le hizo presentarnos a un agrimensor?. El lector puede admitir que cualquier ciudad necesita un agrimensor sin reconocer que el cuento pueda necesitarlo. Es necesario justificar su presencia en el cuento (y en el árbol) no sólo sugiriendo que lo envía el Ayuntamiento sino explicando por qué lo envía el autor. Más allá de las faltas que planea cometer en el interior de la historia debe tener alguna otra justificación como personaje de la misma, no como una miserable persona de carne y hueso en la vida real. El lector, mientras juega al escondite con su auténtico rival el autor, tiende a decir: Sí soy consciente de que un agrimensor puede trepar a un árbol, y sé que existen árboles y agrimensores. ¿Pero qué esta haciendo con ellos? ¿Por qué hace usted que este agrimensor en concreto trepase a este árbol en particular, hombre astuto y malvado?
Esto nos conduce al cuarto principio que debemos recordar. La gente no lo reconocerá como práctico ya que, como en los otros casos, los pilares en que se apoya lo hacen parecer teórico. Descansa en el hecho que, entre las artes, los asesinatos misteriosos pertenecen a la gran y alegre compañía de las cosas llamadas chistes. La historia es un vuelo de la imaginación. Es conscientemente una ficción ficticia. Podemos decir que es una forma artística muy artificial pero prefiero decir que es claramente un juguete, algo a lo que los niños juegan. De donde se deduce que el lector que es un niño, y por lo tanto muy despierto, es consciente no sólo del juguete, también de su amigo invisible que fabricó el juguete y tramó el engaño. Los niños inocentes son muy inteligentes y algo desconfiados. E insisto en que una de las principales reglas que debe tener en mente el hacedor de cuentos engañosos es que el asesino enmascarado debe tener un derecho artístico a estar en escena y no un simple derecho realista a vivir en el mundo. No debe venir de visita sólo por motivos de negocios, deben ser los negocios de la trama. No se trata de los motivos por los que el personaje viene de visita, se trata de los motivos que tiene el autor para que la visita ocurra. El cuento de misterio ideal es aquel en que es un personaje tal y como el autor habría creado por placer, o por impulsar la historia en otras áreas necesarias y después descubriremos que está presente no por la razón obvia y suficiente sino por las segunda y secreta. Añadiré que por este motivo, a pesar de las burlas hacia los noviazgos estereotipados, hay mucho que decir a favor de la tradición sentimental de estilo más lector o más victoriano. Habrá quien lo llame un aburrimiento pero puede servir para taparle los ojos al lector.
Por último, el principio de que los cuentos de detectives, como cualquier otra forma literaria, empiezan con una idea. Lo que se aplica también a sus facetas más mecánicas y a los detalles. Cuando la historia trata de investigaciones, aunque el detective entre desde fuera el escritor debe empezar desde dentro. Cada buen problema de este tipo empieza con una buena idea, una idea simple. Algún hecho de la vida diaria que el escritor es capaz de recordar y el lector puede olvidar. Pero en cualquier caso la historia debe basarse en una verdad y, por más que se le pueda añadir, no puede ser simplemente una alucinación.

miércoles, 19 de enero de 2011

A mis Obligaciones - Pablo Neruda

Cumpliendo con mi oficio
piedra con piedra, pluma a pluma,
pasa el invierno y deja
sitios abandonados,
habitaciones muertas:
yo trabajo y trabajo,
debo substituir
tantos olvidos,
llenar de pan las tinieblas,
fundar otra vez la esperanza.

No es para mí sino el polvo,
la lluvia cruel de la estación,
no me reservo nada
sino todo el espacio
y allí trabajar, trabajar,
manifestar la primavera.

A todos tengo que dar algo
cada semana y cada día,
un regalo de color azul,
un pétalo frío del bosque,
y ya de mañana estoy vivo
mientras los otros se sumergen
en la pereza, en el amor,
yo estoy limpiando mi campana,
mi corazón, mis herramientas.

Tengo rocío para todos.

domingo, 14 de marzo de 2010

Ideario

Me da vértigo el punto muerto
y la marcha atrás,
vivir en los atascos,
los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas
la doble dirección de las palabras
y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,
las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas,
las frases que están hechas,
los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo
a conquistar la Tierra
y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden clines
en los pasos de cebra,
los que enferman de cáncer
y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura
de los cuerpos perfectos,
las sirenas que ululan en las noches de fiesta,
los códigos de barras,
el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,
el paso obligatorio, las tardes de domingo
y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira.

Francisco M. Ortega Palomares

domingo, 13 de diciembre de 2009

M.D.M.A. Javier Punga

La noche se entrega como un frasco de merienda
Ojos de granadina se transportan a la fiesta
La autopista atropella reptiles a la siesta
Bicicletas robadas jamás son fotografiadas como vos

Todo es mejor acá
Nadie hoy nos vio pasar
Desde que no estás acá
Esta no es la misma ciudad

Recortamos papeles como flashes pixelados
Encomiendas que traen los grisines enlatados
Si las frutas sonríen escuchamos Os Mutantes
Todo esto no me permite olvidarte

Todo es mejor acá
Nadie hoy nos vio pasar
Desde que no estás acá
Esta no es la misma ciudad

viernes, 11 de diciembre de 2009

Efrain Medina Reyes (Presentación del libro Pistoleros/Putas y Dementes (Greatest Hits)


Buenas noches y gracias por acompañarnos, y gracias a los amigos acá presentes
La verdad que sobre un libro uno tiene poco que decir, esa es la razón del libro, yo puedo contar otras cosas, hay cosas que ahora me resultan más interesantes de contar, y es que hace unos meses una revista colombiana hizo una foto con nuevos escritores famosos colombianos, en la que yo estaba. En esa foto, yo vivo en Italia, en Vicenza y también allá nos hemos tomado fotos con el grupo de amigos, de la familia, ahora aquí y me doy cuenta que soy siempre el de piel más oscura de donde estoy, soy el más moreno siempre. En las fotos, en los países que he visitado ahora, cosa que no sucedía cuando estaba en el barrio donde crecí, ni con mis amigos y en las fotos que me tomaba con ellos. Eso no es que sea un problema ni un gran dilema a estas alturas de mi vida, porque todo lo que eso implica y todo lo que eso entraña es como un proceso que ya viví, con el que ya acepté vivir, como también con el hecho de escribir libros y estar en el centro de los libros, no solo en las portadas por elección personal, sino en los temas, en las tragedias de los libros que han sido las tragedias de mi vida, en lo autobiográfico de los libros que no es porque yo haya contado mi vida sino porque no la he contado, eso es lo que lo hace autobiográfico, porque me la he inventado.
Nací en un barrio que se llama Getsemani muy popular, donde la gente en las fotos se parecía mas a mí, pero no se tomaban fotos en ese barrio que salieran en los periódicos ni en las revistas, ni había escritores, cuando yo terminé el bachillerato me convertí en el personaje más importante de mi familia, no necesitaba ser escritor, ya era el gran intelectual de la casa con el cartón de bachiller. Entonces esto siempre ha sido un poquito, para ellos y para todos, un demasiado que no se sabe donde va a parar. El pronóstico es que hasta aquí llegué, pero aparece otra cosa que hace que la cosa siga marchando y ya ahora me acaban de decir que hay un libro que van a traducir al alemán, imaginaran lo que puede representar para alguien que nació en Esemaní, que es inverosímil.
Con la literatura, con este libro, que la primera cosa que escribí está en este libro, yo no descubrí la literatura, la literatura me descubrió a mí, mencionaban el poema Herejía, para mí ese poema nunca llegó, yo no lo leí, yo lo escuché en una canción porque un cantante (Serrat) la interpretó. Yo la escuche porque mi mama se ponía a cantar eso, debido a que mi padre murió y todo a ella le gustaba, cuando pasa algo así como un sentimiento muy fuerte, por lo menos es un sentimiento muy latinoamericano, cristiano, católico, yo que sé, que nos regodeamos hurgando fuerte sobre la herida, uno no trata de olvidar las cosas sino lo que hago es escribir y escribir sobre estas cosas que tanto me duelen para ir no sé hacia donde, igual que ella cantaba esas canciones que todas hacían referencia a una persona que se le había muerto, alguien importante, y que la hacían llorar y era más doloroso todavía. Pero en eso, como en mí al escribir, en ese dolor, es la única forma en la que hay una cosa de alivio, porque cuando tratamos de alejarnos de ello entonces se siente uno miserable o indigno y creo que es peor, mejor tener un poco de dignidad. Por eso digo que la literatura me descubrió, porque yo escuche eso en canciones, y muchas otras cosas que después leí, ya las había oído. En Colombia hay una tradición en que se aprendían de memoria los poemas y esas cosas para decirlas en las fiestas, los borrachos dejaban de cantar ballenatos y decían poemas de Alberti, cosas que se aprendían pero tampoco con una inclinación intelectual ni nada de eso, eran cosas que les gustaban porque se parecían a las cosas que ellos hacían. Por eso le puse al libro el termino de grandes hits (Greatest hits) musical, porque así llego la literatura a mí, en forma de canciones y yo lo siento así cuando leo, a mí me interesan los sonidos, es como cuando leo yo siento las palabras, siento la musicalidad y de eso depende si leo un libro, si me gusta o no.
Lo otro que quería yo contar, sobre el homenaje que está en el libro que es A Ciro, mi amigo esencial, porque el libro empieza (y yo no me había dado cuenta) con una referencia a la muerte de mi padre que murió atropellado por un carro y se cierra con un amigo, mi amigo de toda la vida, que murió atropellado por un carro. Me dijeron que la Argentina es uno de los países donde más accidentes de trafico hay en el mundo, desde que me dijeron eso yo me demoro como 20 minutos en cruzar una calle, porque a mí me atropelló un carro una vez, pero yo prometí que no me dejaría atropellar por un carro, es como mi promesa: No morir atropellado por un carro.
Hay un homenaje a ese amigo, porque con ese dolor yo me aficioné a la literatura, porque nosotros con las oportunidades, las pocas oportunidades que había en el barrio, fundamos una empresa que se llamó Fracaso Ltd. Y nuestro único activo en ese momento era un slogan que decía: “Donde se necesite un fracaso, allí estaremos”. Y decidimos hacer una película, ese es el comienzo de que yo escriba y todo eso. Decidimos hacer una película porque un amigo del barrio que había llegado de EEUU después de trabajar allá antes de venir se compró una cámara de video con la que se pensaba hacerse millonario en Cartagena filmando fiestas, cumpleaños, bautismos. Pero cuando él llegó ya todo el mundo tenia la cámara, que habían entrado de contrabando. Entonces se encontró con un mundo de cámaras, vio que ese no era un negocio. Yo le dije: Mejor hagamos algo que nadie hace con esas cámaras, hagamos una película. Después de discutir, porque se resistía como a abandonar su sueño de hacerse millonario, yo le dije que él seria el protagonista de la película y con eso lo convencí. Entonces empezamos a grabar en esa cámara, que después se nos cayó en la primera de cambio y se le dañó el micrófono y tenía un sonido siempre terrible, empezamos a hacer la película, que se llamaba Versión de sujeto al atardecer y después le cambiamos el título a Eso no me infla la banana para hacerlo como más publicitario, ya empezaron con los títulos mas llamativos, porque a nadie le sonaba nada eso de Versión de sujeto al atardecer. Y la versión de sujeto al atardecer éramos nosotros que nos reuníamos en un parque y lo que pasara. Entonces, como no había actores, ni locaciones, ni nada, yo siempre tenia un papel a mano y escribía en el momento en que aparecían como los personajes que se ajustaban a los diálogos. Y filmábamos y filmábamos, fueron como un año y medio, casi dos años con esta cámara de un lado al otro.
Me acuerdo que en un momento dado a mi se me había ocurrido, como la historia yo no sabia por donde iba, me di cuenta que se había creado una situación en la que yo necesitaba una mamá que debía conducir un carro y llegar a la puerta de una casa. Pero no conseguimos ninguna señora que quisiera hacer eso porque decían: ¡No, que son pendejadas de ustedes!, Pónganse serios, vayan a trabajar. Entonces me tocó decirle a mi mamá, y ella lógicamente también estaba muy nerviosa con eso, tuvimos una discusión y yo le dije: pero si tú eres mi madre y no me ayudas a hacer esto quien jamás va a hacerlo, así que la convencí y empezamos a filmar. Con el problema de que cuando yo estaba en mi situación de director yo quería se así súper riguroso y empezaba a gritar. Y cuando le gritaba ella me reclamaba que no le podía gritar porque era mi mamá, y yo le decía: No, porque eres una actriz. Era una discusión que nunca acababa. El problema más grave llegó cuando le dije que tenia que manejar un carro, porque mi mamá no sabe manejar y ni yo ni nadie en el barrio habíamos visto un caro jamás. Entonces conseguimos a un amigo que sabia manejar que se iba a ocultar, lo único que tenia que llevar era el volante. Subimos a mi mamá ahí y el carro empezó a andar. Apenas empezó a andar ella se puso a gritar y se asustó, enfiló hacia donde estaban los actores y nosotros grabando, dañó la cámara porque se la llevo con el carro... bueno, casi nos mata. Así empecé a escribir esas cosas que estaban en esos pedazos de guión y empezó un poco nuestra historia, porque mis amigos yo los hice también como involucrarse un poco con cosas artísticas que a ellos no les interesaba ni les interesa, lo hacen solo porque después se aguantan la lata que yo les doy diciendo: Por favor, por favor.
Entonces, terminamos la película. Para decir algo y no hacer tan larga la historia yo edité la película con dos televisores y dos VHS y grabar ocho segundos me llevaba como 36 horas porque eso había que esperar que cayera. Entonces presentamos la película y me acuerdo que estaba emocionado, vendimos incluso, tuvimos el descaro de cobrar por las entradas que las vendimos anticipadamente y había como cien personas en la Escuela de Arte para presenciar la película, que para mí era una película muy creativa. Empezó la película y yo veía que nadie se reía de las situaciones que deberían reírse. Y la gente empezaba a decir: Que calor! Y todo eso y yo estaba súper caliente. Luego ya empezaron a irse y a mí me dio primero una ira, como que aquí nadie entiende nada, que estúpidos que son, pero luego me quedé viendo la película y yo vi que tampoco entendía nada.
De esas historias y de otras cosas que pasaron mas adelante con este grupo de amigos, que tuvieron ese consentimiento de seguir las cosas que yo me inventaba surgieron las primeras historias que están en este libro, y que también se encuentran recogidas en la parte final.
Lo de canciones viene porque luego de fracasar con el cine, decidimos hacer una banda musical sin haber estudiado música ninguno, que se llamó 7 Torpes Band , con la que grabamos dos trabajos (según nosotros) el primero Canciones mediocres, y el segundo Canciones aun más mediocres y que vendimos, obligamos a la gente a comprar, nosotros vendimos 14 o 15 ejemplares de ese trabajo en 4 años. Esas canciones que no podían entrar en la música, que no tenían ni mesura, ni medida también son parte de esto que luego se convirtieron en elementos del libro. Así que, desde fuera y sin seguir un orden, es como un poco el resumen de esto, esa cosa melodramática que marcan nuestras vidas y las tragedias, cosas muy severas que también la han marcado, es un poquito lo que se mezcla en este libro, en mis novelas, el humor está en la superficie y se cuentan cosas mas de fondo porque a mi me da risa contar estas cosas ahora, pero cuando yo las viví no eran graciosas, no era algo que me reía. Yo sentía que mi vida se estaba yendo ahí y sentía que yo fracasaba en cada una de esas cosas. Cuando las cosas empezaron a ir bien, siempre tengo la sensación de que voy a llegar a algo, de que voy a sentirme en una plenitud, pero eso que yo llamo el fracaso, que no es porque uno esté tirado en la acera, no es una cosa tampoco económica, cuando uno es pobre vive dentro de las limitaciones de su pobreza ese es el limite y ya está, cuando tiene un poco mas vive en las limitaciones pero siempre es un limite, yo no se si hay gente que vive fuera del limite. Yo ahora tengo tres casas, en diferentes partes: En Italia, en Bogotá y eso. Que cuestan una fortuna inmensa que jamás hubiera podido imaginar que yo tendría, pero tampoco eso significa que yo pueda quedarme sentado, si yo me quedo sentado yo creo que en dos años se acumularían tantos recibos y tantas cosas que ya las casas no estarían. Y yo pensé que eso de llegara una estabilidad económica significaba que uno no tendría que angustiarse mas, como cuando estaba ansioso de enamorarme, que también se habla así del amor, que cuando llegara eso yo no tendría mas necesidad de nada, que el amor llenaría todo. Pero el amor no llena nada, el amor es una angustia y un deseo mas de una cosa que parece insaciable, un ansia que no acaba, el amor, el dinero, el comer, la vida es eso y eso es lo que llamo un fracaso. Porque desde mi perspectiva o desde el lugar donde crecí, pensé que si encontraba ciertas cosas eso se iba a acabar y como nunca se acaba mientras no pases, seguiré hablando de esa ansiedad o ese fracaso, ahora es mucho más cómodo que antes de llevar. Muchas gracias. (Aplausos)

viernes, 30 de octubre de 2009

BELIEF & TECHNIQUE FOR MODERN PROSE


Jack Kerouac

1. Scribbled secret notebooks, and wild typewritten pages, for your own joy
2. Submissive to everything, open, listening
3. Try never get drunk outside your own house
4. Be in love with your life
5. Something that you feel will find its own form
6. Be crazy dumbsaint of the mind
7. Blow as deep as you want to blow
8. Write what you want bottomless from bottom of the mind
9. The unspeakable visions of the individual
10. No time for poetry but exactly what is
11. Visionary tics shivering in the chest
12. In tranced fixation dreaming upon object before you
13. Remove literary, grammatical and syntactical inhibition
14. Like Proust be an old teahead of time


15. Telling the true story of the world in interior monolog
16. The jewel center of interest is the eye within the eye
17. Write in recollection and amazement for yourself
18. Work from pithy middle eye out, swimming in language sea
19. Accept loss forever
20. Believe in the holy contour of life
21. Struggle to sketch the flow that already exists intact in mind
22. Dont think of words when you stop but to see picture better
23. Keep track of every day the date emblazoned in your morning
24. No fear or shame in the dignity of yr experience, language & knowledge
25. Write for the world to read and see yr exact pictures of it
26. Bookmovie is the movie in words, the visual American form
27. In praise of Character in the Bleak inhuman Loneliness
28. Composing wild, undisciplined, pure, coming in from under, crazier the better
29. You're a Genius all the time
30. Writer-Director of Earthly movies Sponsored & Angeled in Heaven

1.Cuadernos de notas secretos, garabateados, y páginas salvajemente escritas a máquina, para tu propia felicidad.
2.Sométete a todo, abierto, escuchando.
3.Intenta no emborracharte fuera de casa.
4.Enamórate de tu propia vida.
5.Lo que sientas encontrará su propia forma.
6.Sé el santo ingenuo de tu imaginación
7.Sopla tan profundo como quieras soplar.
8. Escribe lo que creas insondable, desde lo hondo de tu imaginación.
9.Las inexpresables visiones del individuo.
10. No le des más tiempo a la poesía del que precisa con exactitud.
11. Cosquillas visionarias temblando en tu pecho.
12. Sueña en trance permanente los objetos que están delante de ti.
13. Deshazte de tus inhibiciones literarias, gramaticales y sintácticas.
14. Como Proust, sé un viejo fumado del tiempo.
15. Di la verdadera historia del mundo en un monólogo interior.
16. La joya central del interés es un ojo dentro de un ojo.
17. Escribe para recuerdo y asombro de ti mismo.
18. Sé conciso en una mirada aguzada, nadando el mar del lenguaje.
19. Acepta para siempre el fracaso.
20. Cree en el sagrado contorno de la vida.
21. Esfuérzate en describir el fluido que ya existe en tu mente.
22. Si te detienes, no pienses en la palabra mas que para ver mejor la imagen.
23. Síguele el rastro a cada día, en el bálsamo de las mañanas.
24. No temas o te avergüences del conocimiento, el lenguaje o la dignidad de tu experiencia.
25. Escribe para que el mundo vea la exacta imagen que tienes de él.
26. Un libro-película es una película en palabras, la forma visual americana.
27. Alaba el Carácter del Parpadeo de la inhumana soledad.
28. Composición salvaje, pura, indisciplinada, venida de dentro, alocada si es posible.
29. Eres un genio siempre.
30. Director-Escritor de películas Terrenales, auspiciadas y protegidas por el Cielo.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Pequeña historia tendiente a ilustrar lo precario de la estabilidad dentro de la cual creemos existir, o sea que las leyes podrían ceder terreno a...

...las exepciones, azares o improbabilidades, y ahi te quiero ver


… confusión horrible. Todo marchaba perfectamente y nunca hubo dificultades con los reglamentos. Ahora de pronto se decide reunir al Comité Ejecutivo en sesión extraordinaria, y empiezan las dificultades, ya va a ver usted qué clase de líos inesperados. Desconcierto absoluto en las filas. Incertidumbre en cuanto al futuro. Pasa que el Comité se reúne y procede a elegir a los nuevos miembros del cuerpo, en reemplazo de los seis titulares fallecidos en trágicas circunstancias al precipitarse al agua el helicóptero en el cual sobrevolaban el paisaje, pereciendo todos ellos en el hospital de la región por haberse equivocado la enfermera y aplicádoles inyecciones de sulfamida en dosis inaceptables por el organismo humano. Reunido el Comité, compuesto del único titular sobreviviente (retenido en su domicilio el día de la catástrofe por causa de resfrío) y de seis miembros suplentes, procédese a votar los candidatos propuestos por los diferentes estados asociados de la OCLUSIOM. Se elige por unanimidad al señor Félix Voll (Aplausos). Se elige por unanimidad al señor Félix Romero (Aplausos). Se practica una nueva votación, y resulta elegido por unanimidad el señor Félix Lupescu (Desconcierto). El presidente interino toma la palabra y hace una observación jocosa sobre la coincidencia de los nombres de pila. Pide la palabra el delegado de Grecia, y declara que aunque le parece ligeramente estrambótico, tiene encargo de su gobierno de proponer como candidato al señor Félix Paparemólogos. Se vota, y resulta elegido por mayoría. Se pasa a la votación siguiente, y triunfa el candidato por Pakistán, el señor Félix Abib. A esta altura hay gran confusión en el comité, el cual se apresura a celebrar la votación final, resultando elegido el candidato por la Argentina, señor Félix Camusso. Entre los aplausos acentuadamente incómodos de los presentes, el titular decano del Comité da la bienvenida a los seis nuevos miembros, a quienes califica cordialmente de tocayos (Estupefacción). Se lee la composición del Comité, el cual queda integrado en la siguiente forma: Presidente y miembro mas antiguo sobreviviente del siniestro, Sr. Félix Smith. Miembros, Sres. Félix Voll, Félix Romero, Félix Lupescu, Félix Paparemólogos, Félix Abib y Félix Camusso.
Ahora bien, las consecuencias de esta elección son cada vez más comprometedoras para la OCLUSIOM. Los diarios de la tarde reproducen con comentarios jocosos e impertinentes la composición del Comité Ejecutivo. El Ministro del Interior habló esta mañana por teléfono con el Director General. Este, a falta de mejor cosa, ha hecho preparar una nota informativa que contiene el currículo vitae de los nuevos miembros del Comité, todos ellos eminentes personalidades en el campo de las ciencias económicas.
El Comité debe celebrar su primera sesión el próximo jueves, pero se murmura que los Sres. Félix Camusso, Félix Voll y Félix Lupescu elevarán su renuncia en las últimas horas de esta tarde. El Sr. Camusso ha solicitado instrucciones sobre la redacción de su renuncia; en efecto, no tiene ningún motivo valedero para retirarse del Comité y solo lo guía, al igual que los Sres. Voll y Lupescu, el deseo de que el Comité se integre con personas que no respondan al nombre de Félix. Probablemente las renuncias aducirán razones de salud, y serán aceptadas por el Director General.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Tudo Legal

jueves, 13 de agosto de 2009

Mujeres - Bukowski



Mujeres

Me gustan los colores
de sus ropas,
su manera de andar,
la crueldad de algunos rostros
de vez en cuando
la belleza casi pura de una cara
total y encantadoramente femenina.
Están por encima de nosotros
planean mejor y se organizan mejor.
Mientras los hombres ven televisión
toman cervezas y juegan al béisbol,
ellas, las mujeres,
piensan en nosotros, concentrándose,
estudiando, decidiendo, si aceptarnos,
descartarnos, cambiarnos, matarnos o
simplemente abandonarnos.

Al final no importa
ya que hicieran lo que hicieran
acabamos locos y solos.-

Charles Bukowski

La Cosecha - Amy Hempel


traducción de Maori Pérez

El año en que comencé a decir cigarrillo en vez de cigarro, un hombre que apenas conocía casi me mata por accidente.
El hombre no estaba herido cuando el otro auto impactó con el nuestro. El hombre que había conocido por una semana me llevó en brazos por la calle de una manera que implicaba que no podía ver mis piernas. Recuerdo haber sabido que no debía ver, y sabiendo que me habría encantado ver si no fuera porque no podía.
Mi sangre estaba sobre la ropa de este hombre.
Dijo, “estarás bien, pero este suéter está arruinado”.
Grité por miedo al dolor. Pero yo no sentía dolor alguno. En el hospital, después de inyecciones, sabía que había dolor en el cuarto – sólo que no sabía de quién era.
Lo que le pasó a una de mis piernas requirió cuatrocientos puntos, los cuales, cuando me tocó contar la historia, se volvieron quinientos puntos, porque nada es tan malo como podría ser.
Los cinco días en que no sabían si podrían salvar mi pierna o no aumenté dos tallas.
El abogado fue el que usó la palabra. Pero no llegaré a eso hasta un par de párrafos más.
Estábamos teniendo esa conversación sobre las apariencias – cuán importantes son. Cruciales es lo que yo dije. Pienso que las apariencias son cruciales.
Pero este tipo era un abogado. Se sentó en una silla de vinilo acuoso cerca de mi cama. A lo que se refería con apariencias fue cuánto de mi pérdida de ellas valía en una corte.
Pude discernir que al abogado le gustaba decir corte. Me dijo que había tomado tres veces la prueba final antes de graduarse. Dijo que sus amigos le habían dado tarjetas de negocio con un bonito relieve, pero estas adorables tarjetas se suponía que dirían Abogado-afiliado, cuando en realidad decían Abogado-al-fin.
El ya había cubierto la pérdida de nuestros capitales.
“Hay otra cosa” dijo. “Tenemos que hablar de matrimonialidad”.
La tendencia era decir ¿matrimo-qué?, aunque ya sabía qué significaba al primer momento de escucharlo.
Yo tenía dieciocho años. Dije, “primero, ¿por qué no hablamos de citalidad?”
El hombre de una semana ya se había ido, el accidente lo llevó de vuelta a su esposa.
“¿Piensas que las apariencias son importantes?”, le pregunté al hombre antes de que se fuera.
“No al principio” dijo.
En mi barrio hay un tipo que era un maestro de química hasta que una explosión se llevó su cara y dejó lo que había detrás. El resto de él se viste impecablemente de trajes negros y zapatos lustrados. Lleva un maletín al campus universitario. Qué acogedora – su familia, dijo la gente – hasta que la esposa se llevó a los niños y se mudó de la casa.
En el solarium, una mujer me enseñó una foto. Dijo, “así es como mi hijo solía verse”.
Pasé mis tardes en Diálisis. Les daba igual cuando una silla reclinable estaba libre. Tenían televisores pantalla ancha de color, mejores que los que hay en Rehabilitación. Los miércoles por la noche veíamos un show donde mujeres en ropas caras aparecían en espléndidos sets y prometían arruinarse las unas a las otras.
A uno de mis lados había un hombre que sólo hablaba en números telefónicos. Le preguntarías como se siente y el diría “924-3130”. O diría “757-1366”. Tratamos de adivinar que era lo que significaban estos números, pero nadie lo daría por seguro. Hubo a veces, al otro lado, un niño de 12 años. Sus pestañas estaban gruesas y oscurecidas por medicación de presión arterial. Él era el siguiente en la lista de trasplantes, tan pronto como – la palabra que usaban era cosecha – tan pronto como el riñón fuera cosechado.
La madre del niño rezaba por conductores ebrios.
Yo rezaba por hombres que no fueran discriminadores.
¿No somos todos, pensaba, la cosecha de alguien?
La hora terminaría, y una enfermera de piso me llevaría en ruedas hasta mi cuarto. Ella diría, “¿por qué ver esa basura? ¿Por qué no mejor me preguntan cómo estuvo mi día?”.
Pasé quince minutos antes de irme a la cama apretando horquillas de goma. Uno de los medicamentos estaba haciendo que mis dedos se endureciesen. El doctor dijo que me lo daría hasta que no pudiera abotonarme la blusa – un modo de expresarse con alguien en un vestido largo de algodón.
El abogado dijo, “trabajo de caridad”.
Se abrió la camisa y me mostró donde una acupunturista le había aplicado jarabe de cola, enterrado cuatro agujas y dicho que la verdadera cura era el trabajo de caridad.
Dije, “¿Cura para qué?”.
El abogado dijo, “Inmaterial”.
Tan pronto como supe que estaría bien, me sentí segura de que estaba muerta y no lo sabía. Me movía a través del tiempo como una cabeza cortada que termina una oración. Esperaba el momento que me despertara de mi vida aparente. El accidente ocurrió al atardecer, así que en ese momento era cuando más me sentía así. El hombre que conocí la semana pasada me llevaba a cenar cuando sucedió. El lugar fue en la playa, una playa en una bahía en la que puedes mirar las luces de la ciudad, un lugar donde puedes observarlo todo sin tener que ponerle atención.
Un buen tiempo después fui finalmente a esa playa. Yo conduje el auto. Era el primer buen día de playa; vestí pantalones cortos.
Al borde de la arena me desaté las vendas elásticas y vadeé hacia la espuma. Un chico en un traje mojado miró mi pierna. Me preguntó si un tiburón lo había hecho; había vistazos de grandes blancos por esa parte de la costa.
Le dije que sí, que un tiburón lo había hecho.
“¿Y vas a volver a entrar?” preguntó el chico.
Yo dije “Y voy a volver a entrar”.
Dejo mucho afuera cuando digo la verdad. Lo mismo pasa cuando escribo una historia. Voy a empezar ahora a contarte qué es lo que he dejado fuera de “La Cosecha” y quizás empiece a preguntarme porque tuve que dejarlo fuera.
No hubo otro auto. Sólo hubo un auto, el que me impactó estando en la parte de atrás de la motocicleta del hombre. Pero piensa en las incómodas sílabas cuando dices motocicleta.
El conductor del auto era un periodista. Trabajaba para un periódico local. Era joven, un graduado reciente, e iba en camino a una reunión para cubrir una protesta. Cuando digo que en ese entonces yo era una estudiante de periodismo, es algo que podrías no haber aceptado en “La Cosecha”.
En los años que siguieron, esperé por el nombre del reportero. Él rompió con la historia del templo en People que resultó en el viaje de Jim Jones a Guyana. Luego, cubrió a Jonestown. En el cuarto ciudadano del San Francisco Chronicle, mientras el número de víctimas mortales ascendía a novecientos, los números fueron posteados como donaciones en una noche de promesas. En algún lugar de los cientos, un letrero fue pegado a la puerta que decía JUAN CORONA, CHÚPATE ESA.
En la sala de emergencias, lo que le ocurrió a mi pierna no requirió cuatrocientos puntos sino un poco más de trescientos. Exageré incluso antes de empezar a exagerar, porque es cierto – nada es nunca tan malo como podría serlo.
Mi abogado no era ningún afiliado. Era uno de los socios en una de las firmas más viejas de la ciudad. Él nunca se habría abierto la camisa para revelar el sitio de la acupuntura, que es algo que él nunca habría tenido.
Matrimonialidad era el título original de “La Cosecha”.
El daño hecho a mi pierna fue considerado cosmético aunque aún, después de quince años, me cuesta arrodillarme. En un arreglo fuera de corte antes del juicio, me dieron cien mil dólares. El seguro del auto del reportero subió doce dólares por mes.
Se había sugerido que me frotara la pierna con hielo, para resaltar las cicatrices, antes de que me subiera la falda tres años después para la corte. Pero no había hielo en los cuartos del juzgado, así que no tuve oportunidad de pasar o fallar esa prueba de ética.
El hombre de una semana, a quien pertenecía la motocicleta, no era un hombre casado. Pero cuando pensaste que tenía una esposa, ¿no era yo responsable de lo que sucedía? ¿Y no se me venía encima?
Después del accidente, el hombre se casó. La chica con la que se casó era una modelo de pasarela. (“¿Piensas que las apariencias son importantes? Le pregunté al hombre antes de que se fuera. “No en un principio”, dijo).
Aparte de ser una belleza, la chica valía millones de dólares. ¿Habrías aceptado esto en “La Cosecha” – que la modelo fuera también una heredera?
Es cierto que íbamos camino a comer cuando ocurrió. Pero el lugar donde podías observarlo todo sin tener que prestarle atención no era una playa en una bahía; fue en la cima del Monte Tamalpais. Teníamos la cena con nosotros al aproximarnos por el ondulante camino montañoso. Esta es la versión que tiene cabida para una ironía perfecta, así que no te incomodes cuando diga que por los próximos meses, desde mi cama de hospital, tuve una espectacular vista de la mismísima montaña.
Habría escrito la siguiente parte en el cuento si alguien la hubiera creído. ¿Pero quién lo habría hecho? Yo estuve ahí y no lo creí.
En el día de mi tercera operación, hubo un intento de escape en el Centro de Ajustamiento de Seguridad Máxima, adyacente a la Sentencia Perpetua, en la prisión de San Quentin. “Hermano Soledad” George Jackson, un hombre negro de veintinueve años, sacó una pistola calibre .38, gritó “¡Hasta aquí!” y abrió fuego. Jackson fue asesinado; también lo fueron tres guardias y dos “otorgadores de escalón social”, presos que les llevan a otros prisioneros sus comidas.
Otros tres guardias fueron apuñalados en el cuello. La prisión está a un paseo de cinco minutos en auto del hospital Marin General, así que ahí es donde los guardias heridos fueron llevados. La gente que los llevó eran tres tipos de policías, incluyendo Patrulleros de Carretera de California y Sheriffs del Condado de Marin, altamente armados.
Habían policías en el techo del hospital con rifles; estaban en los pasillos, invitando a pacientes y visitantes a volver a sus cuartos.
Cuando fui llevada en silla de ruedas hacia fuera de Recuperación más tarde ese día, vendada de la cintura a los tobillos, tres oficiales y un sheriff armado me registraron.
En las noticias esa noche, hubo un seguimiento del disturbio. Mostraron a mi cirujano hablándole a reporteros, indicando, con un dedo en la garganta, cómo había salvado a un guardia cosiendo de oreja a oreja.
Esto lo vi en televisión, y porque era mi doctor, y porque los pacientes de hospitales son ensimismados, y porque estaba dopada, pensaba que el cirujano estaba hablando de mí. Pensé que estaba diciendo, “Bueno, está muerta. Se lo estoy anunciando a ella en su cama”.
El psiquiatra que vi por derivación del cirujano dijo que el sentimiento era bastante común. Ella dijo que las víctimas de traumas que aún no han asimilado el trauma creen que están muertas y que no lo saben.
Los grandes tiburones blancos en las aguas cerca de mi casa atacan de una a siete personas al año. Su principal víctima es el buzo de abalón. Con los bistecs de abalón en treinta y cinco dólares el kilo y subiendo, el Departamento de Pesca y Juego espera que los tiburones no muestren ni un rastro de disminución.

viernes, 7 de agosto de 2009

Frases: Edward Abbey

"No tengo preferencias en cuanto a las flores, siempre que sean salvajes, libres y espontáneas."

Brownies Exquisita





NOTA: para mi están hablando del faso....

jueves, 6 de agosto de 2009

Frases: Robe Iniesta

"Yo no tengo problemas con las drogas, tengo problemas con la policía cuando se empeña en meter sus sucias manos en mis atormentados bolsillos"

Robe por Roberto Iniesta


1. LOS INICIOS

PLASENCIA

"Es un sitio para gente mayor, un lugar desfasado, de pensamiento retrógrado y lleno de fascistas. Lo único que tiene son sitios bonitos, y de eso hay en todos los lados. En un momento dado se podrían llevar allí todas las centrales y los cementerios nucleares, todas las cárceles de seguridad, todos los sitios chungos. Sacar a toda la gente de allí y poner esto".

LOS PRIMEROS DÍAS

"Ibas a un bar, dejabas diez cintas y volvías a los quince días para ver qué tal. Era muy cutre porque al principio no se vendía casi ninguna. El problema es que en Extremadura no hay un circuito para los grupos. Tú ibas a un tío que tenía una discoteca y le decías que querías tocar, le comías el coco y después repartías la caja con él".

EL ROCK EN EXTREMADURA

"Si estás en Extremadura, ir a Madrid es un salto muy grande. Tocando en Extremadura puedes actuar mil veces que lo único que conseguirás es el dinero que te lleves, porque puedes hacer un concierto glorioso pero no se va enterar nadie, no vas a subir ningún escalón porque no hay medios de comunicación. Hay mucho terreno para muy poco gente y, sobre todo, muy pocos jóvenes. Hay un poco de apoyo oficial a la música pero para nosotros, desde que sacamos la canción de Extremaydura, se acabó todo. Las instituciones se lo tomaron muy mal. Salir en Plastic y tocar en Madrid en el concurso Yamaha fue el cambio para Extremoduro. Salir fuera y que te conociese más gente significó romper el aislamiento en el que vives en Extremadura.

LA CARRETERA

"Cuando íbamos a tocar nos salía lo comido po lo servido. No pillabas dinero, y teníamos que hacer todos otras historias para vivir. Había veces que era angustioso en el sentido de que o tenías colegas en los sitios para dormir y que te dieran de comer o no había manera de hacerlo. Sólo teníamos el dinero para el viaje de ida , luego no sabías qué iba a pasar. Estábamos siempre con la agonía de si comeríamos, si dormiríamos en una camaM poder decir que había pasta para la gasolina de vuelta era un lujo".

2. LA MÚSICA

ROCK TRANSGRESIVO

"Qué significa rock'n'roll, nada. Qué significa pop, nada. Al principio de tocar la gente decía que lo hacíamos muy mal y nosotros les respondíamos que no, que ésa era nuestra forma de tocar, que era Rock Transgresivo. Es nuestro estilo y el que quiera saber qué significa que busque la palabra transgredir en el diccionario".

ROCK URBANO

"Como soy del campo, a mí eso del rock urbano no me llega. Yo lo llamo rock transgresivo, porque las letras te tienen que llegar. No es una música sólo para bailar. Hago algo que te llega, que te hace sentir, que te motiva, con lo que sientes".

VOCACIÓN

"Desde el primer día que toqué en público y la gente no se fue, yo ya vi muy claro que eso podía funcionar. Yo sabía que lo que estaba haciendo estaba bien, aunque fuese poca gente a los conciertos".

COMPONER

"Después de esto me empezó a gustar la historia de escribir, porque una cosa es tocar y otra escribir. Es una clase de satisfacción más fuerte porque lo de tocar en directo un día lo haces bien y otro mal, pero cuando escribes una bueno canción la escribes para siempre".

LOS CONCIERTOS DE LA ERA DEL CAOS

"Los conciertos salen cada una de una manera, son muy espontáneos, aparte no es lo mismo tocar delante de 500 ó 600 personas, que puedes hacer el animal, que con cinco mil, que hay que controlar. Eran unos tiempos de descontrol, pero no tanto como luego cuando todo el mundo se metía conmigo, aquí empezaba a llegar el caos. De todas formas eran conciertos guapos, por entonces ya llenamos por primera vez la Canciller y empezábamos a vivir de lo que no pagaban".

MÁS SOBRE LOS CONCIERTOS

"La gente va a nuestros conciertos porque no sabe lo que le espera. Van pensando a ver qué have hoy este cabrón, a ver si le sale la letra o a ver qué nos tiene preparado. Nosotros apenas ensayamos. Curramos poquito. Tenemos un lema: el exceso de trabajo nunca sustituye la falta de talento. Asentamos las bases de lo que son las canciones y, luego, sálvase quien pueda".

PROFESIONALIDAD

"La historia es renovarse o morir; antes tocaba fuerte y ahora toco suave, antes había mucho desparrame y a algunos les gustaba más y a otros menos. Ahora vamos en plan más suave porque estoy más tranquilo y no necesito drogarme tanto, no es algo premeditado, pero ahora estamos algo más organizados. La historia está en buscar el punto entre la marcha que tú cojas y la que transmites a la gente. Hay veces que hay mucha alegría pero no das ni una nota. Buscamos el punto medio: que un concierto esté bien realizado y que transmita marcha. Antes los conciertos eran técnicamente peores, pero te lo pasabas mejor. Ahora es todo más tranquilo, no sé lo que me durará, ya te he dicho que no es algo premeditado, sólo que estoy más tranquilo".

SOMOS UNOS ANIMALES

"Íbamos con las pelas justas y, además éramos bastante inexpertos. Eso se nota al final. Lo hicimos muy rápido y andábamos bastante perdidos en el tema de la producción. De todas formas, al ser cuatro músicos y el estudio de mejor calidad, se nota un poco de mejoría en la grabación".

ROCK TRANSGRESIVO

"El disco está muy mal de sonido pero muy bien de punto, porque los tres conectamos mucho".

DELTOYA

"Es cuando coges la papela y vuelcas lo último que queda, eso es que te vas a poner deltoya sin dejar nada para luego. En serio, veíamos que era un disco deltó porque nos dejaron meter todas las canciones, aunque tuviera que ser un disco doble; era una compañía de verdad, un estudio de verdad que tiene una màquina de cocacolas en la puerta, que tiene una habitación para ver la televisión y con una maquinaria de altura. Era muy diferente a todo lo que habíamos visto antes. Si hubiera sido en CD cabrían todas en uno, pero al tener que ser en vinilo había que dejar tres o quatro canciones fuera. Nos gustaban todos mucho, eran canciones que estaban muy curradas y no queríamos quitar ninguna. De todas formar, a Deltoya le falta tiempo. No se pueden mezclar tantos temas en un día porque te vuelves loco, sales de allí y no tienes tiempo para ir a un bar y oírlo tranquilamente, ver qué le falta a cada uno. En el estudio todo te suena bien, pero después hace falta tiempo para escucharlo en casa una y otra vez. Cuando te metes a mezclar en una semana, las primeras canciones siempre salen peor hasta que vas cogiendo el punto al estudio; la última canción que mezclas te ha salido infinitamente mejor que la primera".

PEDRÁ

"En una canción de media hora hay tiempo para contar de todo. A mí, de los discos que he hecho, es el que más me gusta. El objetivo era grabar un disco experimental, con libertad para hacer lo que salga de los güevos, con los músicos apropiados y con la dificultad de que cada uno tocaba en un grupo distinto. Yo iba componiendo y cada vez que no s reuníamos en el ensayo ya tenía preparado otro cachito. Se fue haciendo poco a poco y cuando llegamos a media hora, dijimos: se acabó. Yo companía y entre todos lo organizábamos".

¿DÓNDE ESTÁN MIS AMIGOS"

"Era una época un poco jodida. Hay bastante de lo que llevaba dentro sacado para fuera, es un disco muy sincero. El título refleja cómo me sentía yo personalmente, andaba muy perdido de tanto rular por ahí y no me encontraba a mi mismo. Me preguntaba ¿dónde están los míos?".

AGÍLA

"Por primera vez, acabamos la gira y paramos para componer. Es la primera ocasión en que el grupo paraba, porque hasta aquí siempre que salía un concierto, como eran muy esporádicos, había que dejar todo lo que estabas haciendo para poder pillar las pelas. Es el disco más tranquilo y más elaborado de todos los del grupo. Además, como hacía mucho tiempo desde el anterior, ya tenía muchos cachos pensados".

3. LOS AMIGOS

RAFA GALLEGO

"Rafa es un colega que está muy dentro de la historia de Extremoduro. Aparte de lo gráfico, hay muchas cosas suyas dentro de los discos, frases e ideas, su espíritu está, de alguna manera, muy presente en el grupo".

MANOLO CHINATO

"Manolo está en relación con nosotros casi desde el principio, desde que tocábamos por Extremadura. Él es de Puerto de Béjar, en límite entre Salamanca y Cáceres, y se subía a veces a los conciertos a recitar sus poesías. No tiene ningún libro publicado pero enseguida se le convence para que recite. Hay frases suyas perdidas por casi todas las canciones de Extremoduro".

ALBERT PLÀ

"Es un colega. Hemos colaborado el uno con el otro en lo que hemos podido, lo que pasa es que son colaboraciones un poco efímeras, pero estoy encantado de ello".

PLATERO Y TÚ

"Últimamente estábamos bastante tiempo juntos, sobre todo Iñaki y yo, ya qu él ha producido el último disco. Se nos acurrió colaborar un poquito más, empezamos a alucinar y se nos ocurrió lo de la gira juntos. Nos conocemos bien y la verdad es que hay más ánimo en la historia, hay más calorcillo, más gente, más color, bueno, más fienta".

ROSENDO

"Rosendo es el padre de todos nosotros. Toda esa generación de grupos fue la primera que tuvo personalidad. El primer disco de Leño lo tengo tan mamao que ya ni suena. No lo conocíamos personalmente antes, pero le mandamos unas maquetas con cosas nuestras y se ve que les gustaron. Se presentó en el estudio con la guitarra en la mano. Él era una estrella y nosotros estábamos muy nerviosos porque de pequeños todos habíamos mamado de Leño. Colaboró en un par de canciones; en una canta y en la otra toca la guitarra, y después se fue. Se enrolló de puta madre y flipamos todos mucho con él".

4. EL NEGOCIO

LOS MANAGERS

"Hay bastantes manegers de Madrid que tienen muchos grupos en cartera. Si la casa tiene exclusividad sobre ti lo normal sería que te pusiesen un tío que trabajase sólo para ti. Ellos tienen veinte grupos y les ponen un precio desorbitado, el que sea, pero con ese precio tú sólo tocas dos veces al año porque ese dinero lo pagan nada más un par de Ayuntamientos a los que no les importa perder pasta, pero un tío privado no puede. A ellos les funciona porque tienen un catálogo grande y si los grupos tocan un par de veces al año, a la casa le va bien porque moja de todos, pero tú sólo cobras esas dos únicas veces".

AVISPA

"He pasado de las ganas de quemarles el estudio, a las ganas de rebanarles el pescuezo y hasta las ganas de denunciales. Y no lo hemos hecho para que no nos pase lo mismo que a Los Deltonos, que mientras el juez se ponga al día y aclare quién tiene la culpa, no podemos actuar. Es una vergüenza que una cosa que está gravada en sólo una tarde y de mala manera se venda al precio que se vende en la calle".

TWINS

"Muy buena gente, muy cachondos, pero funcionaban cambiando siempre el nombre de las cosas, ahora no los encuentras, ahora se han ido y cuando, por fin, los localizas ya no se llaman igual. Buscaban pegar un pelotazo. Su idea era hacer una compañía pequeña, coger a muchos grupos gastando poco dinero, levantarla y, después, venderla cuando las cosas se le fueran de las manos y ganar así un montón de pasta".

CRÍTICOS DE ROCK

"La prensa musical en España tiene muy poco calidad. Cualquiera que tenga un boli y conozca a cuatro grupos se cree que es crítico de música. Más que prensa musical parece prensa del corazón porque a la mayoría le interesa más las cosas morbosas que realmente lo que es la información musical aséptica. Vosotros los periodiestas estáis todos dispuestos tara la tonteriita y la payasadita, pra lo de 'qué color te gusta más'. Pero cuando queremos que se anuncien los conciertos, tenemos que pagar".

EL ÉXITO

"Estoy un poco sorprendido con todo esto. Creo que poco a poco se nos ha perdido este miedo, eso de 'madre mía', Extremoduro, qué pasará en los conciertos, algo malísimo. La gente se ha dado cuenta que no matamos a nadie. Antes la peña oía el nombre de Extremoduro y se ponía a temblar, le daba miedo. Nunca lo entendí".

5. MUY PERSONAL

ROBE INIESTA

"¿Qué quien hay detrás? Un poeta, y nada más. Todos los poetas somos bichos raros, y ya está. Y cómo seamos es lo de menos. Lo importante de los poetas es la poesía, no la cara".

POETA O MÚSICO

"Me considero más poeta, pero me estoy dando cuenta de que mi poesía no son sólo letras y que cada vez me cuesta más separar una cosa de la otra. De todas formas lo que más me llena es hacer letras guapas".

DROGAS

"Hay cosas de las que nadie habla, pero las tienes tan enfrente que, para mí, es imposible no tratarlas. Las drogas, por ejemplo, están ahí. No creo que sean malas ni buenas, depende de cómo las uses. No animo a nadie a tomarlas, n hago apología de nada. Sólo intento hacer pensar, y defiendo la libertad de cada uno de hacer lo que quiera. Mi poesía es de amor y de guerra. Prince habla de droga y nadie se lleva las manos a la cabeza. Yo, como lo digo muy clarito y en castellano, provoca rechazo".

MÁS DROGAS

"Hay épocas en que te pones más y épocas en que te pones menos. Y ahora toca suave. No sé cuánto durará, no me tomo esto como algo forzoso. Simplemente apaciguar un poquito, drogas blanditas, mi costo...Yo qué sé, más suavecito".

MUCHAS MÁS DROGAS

"Las necesito para componer como necesito un boli para escribir. La cabeza con las drogas funciona mejor, llega a más sitios. Si estoy en casa solo y no me fumo un par de porros, no me ponvo a tocar la guitarra. Necesito la droga para componer. No me meto caballo. Mucha gente está empeñada en que soy yonqui pero no es verdad. Sólo me pongo lo normal, coca cuando te quieres poner a gusto, priva y hachís. Lo normal".

ESTO... DROGAS

"Yo no tengo problemas con las drogas, tengo problemas con la policía cuando se empeña en meter sus sucias manos en mis atormentados bolsillos".

HIPOCRESÍA Y DROGAS

"Hay quien es muy cínico, se pone hasta arriba de coca y luego crítica a los que se meten caballo. La droga no es mala, los malos son los hombres y sus acciones. Es como si le pegas un tiro a alguien y le echas la culpa a la bala. A mí me gusta drogarme igual que me gusta el marisco. Me puedo meter una mariscada, pero no la necesito en absoluto. Lo de la droga igual. El secreto está en conocerte".

MADRID

"Muchas borracheras y muchos morados seguido. Haciendo cosillas por allí, tocando en bares con otra gente. No salía por el día a la calle porque no me gustaba ver los caretos de tanta gente, sólo salía por las noches, fue una época muy fuerte y, sobretodo, por el cambio de venir de un pueblo pequeño. En Madrid, los bares no cerraban nunca y cuando lo hacían se abría otro. Estuvo muy bien porque había mucha gente que se movia, era fácil hacer cosas, había que ponerle un poco de ganas al asunto".

EL CAOS DE EXTREMODURO

"Se juntó todo mi rollo personal de salir de Plasencia y abandonar a mis hijos con que estaba haciendo tantas historias a las vez que tocar en directo no me motivaba, lo más mínimo, después de tanto años no me apetecía nada cantar Extremaydura cuando, por otro lado, estaba trabajando en cosas tan bonitas como la Pedrá. Si estás componiendo la cabeza la tienes en otro sitio y yo no me podía acordar ni de las letras de las canciones, las tenía que cantar Ramón. Incluso alguna vez se subía gente del público a cantar y hasta a tocar la guitarra porque yo no podía. A mí lo único que me apetecía en esos momentos era desparramar y era lo que hacía a diario. Concierto que hacíamos, concierto en el que había descontrol casi religiosamente. Hemos hecho de todo, desde ponernos en la puerta a cachear a la gente y tocarle los huevos hasta meternos entre el público a pedir que nos devuelvan el dinero porque no tocábamos. La gente que venía a los conciertos temblaba pensando que no podíamos ir del escenario en cualquier momento".

DESARRAIGO

"Estuve cuatro años por ahí dando tumbos auténticos, pero tumbos, tumbos. Iba con mi bulldog Angelito de ciudad en ciudad, a veces dormíamos en casas de colegas y otras nos buscábamos la vida".

FAMA Y DINERO

"Yo nunca he tenido problemas de dinero: los camellos me han fiado siempre. Antes tenía penos pelas, bueno en realidad ahora tampoco tengo, porque me las gasto. Para lo único que me sirve el dinero es para ir más a mi rollo. Si antes hacía lo que me daba la gana, ahora mucho más. Me da más libertad. Pero no estoy obsesionado con el dinero".

MALA REPUTACIÓN

"No soy ningún cenutrio, ni tengo la cabeza cerrada. Hoy pienso una historia y mañana otra. No entiendo a la gente que está tan segura de todo".

INTIMIDAD

"No me gusta que todo el mundo conozca mi cara; no es mi cara la que tiene que llegar a todos los lados, sino mi obra. Quiero que los medios hablen de nuestros discos, no de cómo soy yo, cómo es mi cara, cómo es mi rollo, cómo me divierto y qué hago. Eso me parece una tontería".

PÚBLICO

"En los conciertos nos ve todo tipo de gente, yo me dirijo igual al rico que al poble".

LECTURAS

"Pues ahora leo poquito, estoy más metido en el rollo de componer porque desde que sacamos el Agíla, con la fama y el dinero, no tengo tiempo. Estamos metidos en plena gira, fuera de casa, y cuando vuelvo a casa para tres o cuatro días, mi tiro en el sillón con el mando a distancia y no hay quien me mueva de ahí. Leo poco y lo poco que leo es poesía, como siempre".

LETRAS

"Me gusta hacer las letras abstractas y en las que puedas dejar volar un poco tu imaginación, no darlo todo tan trillado, esto habla de eso o de aquello. El juego de la poesía es dejar al otro libre para que imagine lo que quiera".